Ayer fue una tarde de esas en las que te preguntas “¿qué hago aquí?” y experimentas cómo la respuesta asoma despacio, de manera sencilla, suavemente, como un susurro. La magia se produce, como tantas otras veces, en la octava planta del HUCA, la planta del cerebro.

Las recién llegadas voluntarias de ASICAS, Elena Peral y Beatriz García, acompañaron a las veteranas Sole y María José en sus visitas vespertinas a las personas afectadas por ictus o algún tipo de lesión neurológica que se encuentran ingresadas en la unidad de ictus del Hospital Universitario Central de Asturias, sin más afán que entretener a través de la lectura.

La iniciativa parte de la propia planta hospitalaria, de la mano del neurólogo Sergio Calleja, y en ella participa la Universidad de Oviedo a través del convenio de voluntariado con la Asociación de Ictus de Asturias (ASICAS).

Los beneficios de este intercambio son muchos. La visita a la persona hospitalizada, esa persona que está en un lugar en el que el tiempo parece no transcurrir, rompe la rutina hospitalaria y ejerce su poder, desvía al pensamiento de la ruta circular de lo que allí le retiene. La conversación surge y, la mayor parte de las veces, fluye. Empezamos la esperada lectura de textos breves que nos dan que pensar, un rato entretenido de atención que entrena a nuestro cerebro con el ejercicio de capacidades como la concentración y la memoria verbal. Y terminamos con ese ratito de charla y anécdotas que siempre propicia la narración. “Nos volveremos a ver aquí el próximo jueves, o mejor todavía, en cualquier momento fuera del hospital”, y te vas cargada de sonrisas evocadoras.

La lectura sabemos que es una de las actividades que más estimula el cerebro y puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo porque incrementa su flujo sanguíneo, propicia el nacimiento de nuevas conexiones neuronales, mejora su memoria y ayuda a desarrollar su imaginación y creatividad. Pero no se trata de eso, o al menos, no solo. La magia que surge en nuestro intercambio lector, es la fuerza del cuidado, el poder sanador de que alguien te dedique su tiempo y te ofrezca desinteresadamente su voz. Y a vosotros,  queridas y queridos lectores de esta noticia, ¿cuánto hace que alguien no os lee?

Inma Pérez López

(secretaria de ASICAS)

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