Cuando pensamos en asociaciones sin ánimo de lucro, las entidades del denominado tercer sector, visualizamos entidades con espíritu de colaboración en distintos tipos de plataformas y a diferentes niveles. En ocasiones se dan grandes sinergias, pero, desde la Asociación de Ictus y otras lesiones cerebrales adquiridas (ASICAS), queremos profundizar en esta cuestión y reflexionar hasta qué punto estas colaboraciones son estratégicas y efectivas para las entidades que participan.

Lo que nos mueve a esta reflexión es defender que la misión de las distintas asociaciones debe prevalecer por encima de los personalismos o el corporativismo. En la situación actual de crisis cobran más sentido que en ningún otro momento las colaboraciones. No hay mejor manera de legitimar nuestra labor que afrontando conjuntamente la complejidad de las nuevas demandas sociales.

Como explican María Iglesias e Ignasi Carreras en su publicación La colaboración efectiva en las ONG, Alianzas estratégicas y redes (Programa ESADE-PwC de Liderazgo Social 2012-13): “Sin embargo, y a pesar de toda esta realidad colaborativa, continuamos percibiendo en muchas ocasiones un tercer sector excesivamente fragmentado, poco eficiente y eficaz. Continúan siendo mayoría aún las organizaciones que no explotan el enorme potencial que las colaboraciones ofrecen. Un lujo que el sector no se puede permitir”. Ni la sociedad, en nuestra opinión, ya que es una cuestión de responsabilidad la gestión adecuada de los recursos que son de todos.

Existen muchos tipos de colaboraciones que van desde las improvisadas o casuales, pasando por las alianzas estratégicas, o la integración en redes, federaciones o plataformas de segundo y tercer nivel.

Las plataformas de segundo y tercer nivel, como entidades que agrupan y representan a un determinado sector de organizaciones, tienen un valor trascendental en la consecución del impacto, la sensibilización y el trabajo de incidencia política. También constituyen un espacio privilegiado para el intercambio y la generación de conocimiento y la coordinación efectiva entre organizaciones. Y esto es lo que, a nuestro entender debe ser, al margen de otros objetivos propios, los fines de una Federación. Para Asicas, como organización pequeña con una misión específica: desarrollar programas y servicios que mejoren la calidad de vida y la inclusión social, sanitaria, educativa y laboral sociolaboral de las personas afectadas de ictus y sus familias, así como apoyarles en la defensa de sus derechos;  nuestra integración en la Federación de Española de Daño Cerebral persigue el objetivo esencial de la eficiencia y la eficacia en la gestión de los recursos y la prestación de servicios, para lo que creemos necesario disponer de amplios espacios de consenso y participación.

La palabra federación proviene del latín foederatio, que quiere decir “unión”. Por lo tanto, federación hace alusión a la acción y efecto de unir. La razón de ser de las entidades de segundo nivel es ayudar a las pequeñas asociaciones y a la propia federación a conseguir su misión, aumentar su impacto social, y a ser más eficientes en su labor.  

En Asicas creemos firmemente en la necesidad de la colaboración y la participación real de todas las partes para mejorar la calidad de la actuación. Una visión crítica y constructiva para trabajar en equipo al servicio de la misión que nos ha unido.

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