Los beneficios para la salud de una dieta que prioriza este tipo de alimentos están fuera de toda duda.   Incluirlas diariamente y en las cantidades recomendadas reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, estreñimiento, obesidad y algunos tipos de cáncer, entre otras. Son alimentos ricos en fibra, vitaminas y minerales esenciales, así como en hidratos de carbono de bajo índice glucémico. Las hortalizas aportan un 80 % de agua, un alto contenido en hidratos de carbono, fibra, azúcares o almidones, pequeñas cantidades de proteínas y menor contenido aún de grasas, y son fuente de un amplio número de minerales y vitaminas C y A.

La OMS recomienda para la población general la ingesta diaria de un mínimo de 400 g de hortalizas y frutas, cantidad que se refiere al producto ya limpio y sin desperdicio (piel, hueso, otras partes no comestibles). La Asociación para la Promoción del Consumo de Frutas y Hortalizas, considera que “cinco raciones al día” es la cifra adecuada que se distribuyen en al menos, 2 raciones de hortalizas y 3 raciones de frutas considerando que el consumo de zumos de frutas no es un sustituto de la fruta entera. Esta Asociación establece como ración media en España la cantidad de 140-150 gramos de fruta u hortalizas, preparadas para comer, que equivale aproximadamente a una pieza de fruta de tamaño medio o un plato modesto de verdura.

Deben conservarse en un lugar fresco (15-20 °C), preservado de la luz directa y bien ventilado para evitar el exceso de humedad. Es mejor guardar, aquellas que no deban consumirse en 3-4 días, en el frigorífico y sin lavar.

Se aconseja ingerir una variedad de colores y texturas de estos productos, tanto crudos como cocinados y se indica además que debe darse preferencia a las frutas y hortalizas frescas, de temporada (son más sabrosas, económicas y sostenibles) y mínimamente procesadas y /o envasadas, un gesto que agradecerá el medio ambiente.

Diversos estudios indican que el impacto ambiental de las hortalizas y frutas es bajo, sin embargo se desperdicia mucho producto por defectos estéticos (tamaño, forma, color) al no responder a los estándares de calidad impuestos por el mercado, lo que hace que en algunos casos no sean recolectados por su escaso valor, o que se descarten una vez llegan a los comercios. Los productos con defectos estéticos tienen las mismas propiedades nutricionales que los que son estéticamente casi perfectos.

Mas información en https://estilosdevidasaludable.sanidad.gob.es/

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