La disfagia es un síntoma frecuente en las personas que han sufrido un ictus. Este trastorno se caraceriza por tener alterada la eficacia de la deglución y, por lo tanto, la capacidad para alimentarse e hidratarse de manera óptima, pudiendo presentar cuadros de desnutrición, deshidratación y en ocasiones complicaciones respiratorias graves.

El abordaje de este síntoma, una vez ha sido diagnosticado, requiere actuaciones que incluyen recomendaciones nutricionales; pautas de alimentación segura como la postura, texturas, volumen y viscosidad; conocer que alimentos están recomendados y cuales no, así como la reeducación de la deglución.

Durante la sesión, se aportará información práctica para elaborar una dieta variada, apetecible, asequible y, cuando sea preciso, cómo utilizar correctamente la alimentación con productos farmacéuticos.

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