Gracias al convenio firmado entre Fundación “La Caixa” y ASICAS, se podrá desarrollar este proyecto que pretende promover la inclusión social y el desarrollo de una vida autónoma de las personas afectadas por ictus, reducir el agravamiento de la discapacidad y el impacto sobre su bienestar y calidad de vida.
Las secuelas tras un ictus pueden ser multifactoriales y engloban, entre otras, la afectación de habilidades motoras, visuales, del lenguaje, cognitivas y emocionales, todas ellas con importante repercusión en la autonomía y desempeño de las actividades de la vida diaria.
El entorno rural, donde se ejecutará dicho proyecto, presenta para las personas con discapacidad importantes dificultades debido a la dispersión geográfica, la escasez de servicios y comunicaciones, el aislamiento y la brecha digital entre otros factores. El perfil de la persona afectada es: mujer mayor que vive sola o en pareja, también de avanzada edad, con escasos recursos económicos, que presenta déficits para el desempeño de las actividades de la vida diaria tanto básicas como instrumentales, necesitando ayuda familiar y/o comunitaria, con una precaria red de apoyo social y sin apenas participación en actividades de ocio.
El impacto personal y familiar de las secuelas del ictus es elevado, ya que se generan grandes necesidades de cuidado y atención, a menudo con un alto coste emocional y económico.
Mediante un amplio abanico de actividades, se impulsará la inclusión de las personas afectadas, su participación en la sociedad, el apoyo a sus proyectos de vida, la permanencia en su medio habitual el máximo tiempo posible y con el mayor grado de satisfacción, evitando el desarraigo de su entorno.
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